En los últimos años se ha producido un notable incremento en el número de casos asociados diversos problemas de salud mental (principalmente, trastornos ansioso-depresivos y los trastornos de la conducta alimentaria) en la población infanto-juvenil. En paralelo, la tendencia al sedentarismo y la inactividad física en niños y jóvenes es cada vez más frecuente. Para ofrecer una respuesta efectiva a esta doble problemática, varios profesionales de la docencia y la salud han abogado por la práctica de actividad física como medio para la prevención y el tratamiento de los trastornos psicológicos. El objetivo final de la autora ha sido ofrecer evidencia empírica de la importancia que ha de otorgársele a la Salud Mental desde las edades más tempranas, así como demostrar los beneficios que la Actividad Física produce en la psique y la physis humana.