De todos los medios de comunicación de masas el cine es, sin lugar a dudas, el pionero en impregnarse y proyectar elementos para realimentar a la sociedad de la que procede y a la que sirve. No obstante el cine fue el primer medio en realizar esta tarea, recogiendo a su vez el testigo de la tradición literaria y teatral masificando y ampliando la función del teatro y la literatura, en el sentido de que el cine nació como un espectáculo popular, con un mayor radio de influencia que los anteriormente citados, consumidos, en gran parte, por minorías ilustradas, especialmente el literario. Durante décadas, es decir, la etapa que abarca desde finales del siglo XIX y el primer tercio del siglo XX, ha significado un gran paréntesis para que la presencia de las mujeres en la industria del cine pasara inadvertida para el gran público, al margen de su presencia en las pantallas como objetos de deseo e iconos de masas.En resumen, esta recopilación de cineastas durante la época del cine mudo (o silente), la podríamos definir como una época en la que estas “amazonas” practicaron lo que alguien ha denominado “heroísmo cotidiano”, un heroísmo que, por otra parte, se sigue practicando.