En el transcurso de un tan cambiante como convulsionado siglo XX muchos fenómenos sociales nacidos con él o a fines del siglo XIX han conseguido un desarrollo universal de sorprendente magnitud. El deporte en general y el fútbol en particular son dos casos típicos, pues ocupan hoy un lugar de privilegio tanto en los medios de comunicación como en la vida cotidiana de buena parte de la población mundial. Es por ello que la necesidad de investigar el tema desde distintas disciplinas se torna relevante. La sociología no está exenta de ello, por el contrario Theodor Adorno lo expresaba ya en los comienzos de la década del 60: “Aún nos falta una sociología que estudie a fondo el deporte, y, sobre todo, al espectador.” Años después MacClancy va más allá, introduciendo la importancia de estudiar el deporte al afirmar que: “...los deportes son maneras de fabricar en una forma potencialmente compleja un espacio para uno mismo en su mundo social mas aún, son una parte de la sociedad que puede ser usada como un medio para reflexionar sobre la sociedad.”