El uso de energías fósiles ha marcado una era en la que los hidrocarburos han regido la economía mundial. En este sentido, su uso ha provocado tanto conflictos armados como alteraciones al ambiente y a ecosistemas en lo que se denomina cambio climático y que provoca la acidificación, en este contexto surge la necesidad de usar alternativas para generar energías y combustibles de recursos renovables. En este sentido, una de las tecnologías de mayor viabilidad a nivel mundial son las energías solares y en específico aquella que transforma la energía solar en energía eléctrica mediante celdas solares. Las energías fotovoltaicas puede ser un detonante para reducir el uso de energías proveniente de material fósil y mitigar daños al ambiente. Por otro lado, la implementación de las energías fotovoltaicas, pueden apoyar a las empresas a reducir costos derivados de la facturación mensual del servicio del proveedor de energía eléctrica y a consecuencia ser competitivas en su ramo o giro industrial. La innovación en el uso de tecnologías nuevas para generar energía eléctrica debe considerarse por las empresas como herramienta de inversión y de encaminarse al desarrollo sustentable.