Hay tantos estilos de crianza como culturas. Un modelo común a todo Homo sapiens, podría responder muchas dudas en relación al comportamiento y necesidades de estimulación en etapas tempranas. La principal estrategia evolutiva, la Neotenia, implicó nacer con un cerebro pequeño/inmaduro para pasar por el canal del parto, debiendo completar su maduración en el ambiente post natal: “Desarrollo altricial”. Este recién nacido altamente dependiente, incrementó gradualmente su volumen cerebral hasta alcanzar el máximo coeficiente de encefalización logrado en la naturaleza. La réplica temprana del proceso de hominización, análogo a la filogenia, podría ocurrir en el desarrollo de cada individuo. Así, sería posible hipotetizar una relación entre filogenia y ontogenia. El contacto táctil tendría un rol preponderante través de las aferencias C-táctiles amielínicas y la estimulación vestibular-propioceptiva. En esto, el porteo utilizando Kapulanas, habría sido decisivo. Lo mismo con la ingesta de proteína animal, ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga y oligoelementos cerebro-sensibles. Conocer y promover estas estrategias podría ser fundamental en el desarrollo de nuestros niños.