En el sur de América, el consumo del mate es el hábito más íntimamente relacionado con la cotidianeidad del hombre. En Argentina, al igual que en Uruguay y Paraguay, cada mañana ocho de cada diez personas se levantan en busca de esta infusión, la misma ha trascendido la región de diversas formas, expandiéndose en los seis continentes. Ésta infusión fue utilizada originalmente por los guaraníes, quienes cultivaban la planta de yerba mate y trasmitieron posteriormente este hábito a los jesuitas en las Misiones, los mismos, mediante rudimentarias técnicas de germinación lograron cultivar la planta en la zona que actualmente es la mayor productora de yerba mate del mundo, ésta comprende la provincia de Misiones, parte de Corrientes y Paraguay. En la llanura chaqueña y mesopotámica, el mate es una bebida que se ha constituido en el desayuno casi exclusivo de la gente de campo, que se levanta con los primeros rayos de luz. Esta infusión expandió su consumo por todo el país, al punto que se convirtió en un símbolo representativo de cualquier argentino en cualquier parte del mundo.