La evaluación es “el arma más poderosa que tienen los profesores para influir en el modo que los estudiantes aprenden y orientan su formación. Uno de los principales retos al que nos enfrentamos el profesorado de la Universidad de Occidente-Managua, es pasar de modelos tradicionales de evaluación, claramente centrados en los exámenes y la calificación, a modelos de evaluación formativa, centrados en la mejora de los aprendizajes.La evaluación formadora busca generar procesos sistemáticos de autorreflexión sobre el propio aprendizaje, de forma que el alumnado desarrolle un mayor control sobre el aprender a aprender. El libro refuerza el criterio que la evaluación formativa enfatiza en lo cualitativo, ya que constituye de una observación analítica permanente en el proceso de aprendizaje del estudiante al generar una retroalimentación continua acerca de la eficacia de lo que se aprende y de la forma en que se aprende, con el fin de permitir la modificación, perfeccionamiento y mejora de ambos desde una perspectiva humanizadora y no como mero fin calificador.