La violencia homicida contemporánea llevada a sus extremos, no tiene ya la pura necesidad de quitar la vida, sino que se centra en la destrucción del cuerpo por el simbolismo de crueldad como forma de atentar contra la dignidad y la condición humana, la cual es conceptualizada como violencia ontológica. Para esta violencia y el simbolismo de crueldad sobre los cuerpos de las víctimas, la muerte no es suficiente, ya que el horror, busca trascenderla prolongando la deshumanización. La violencia es un discurso, una forma de comprender y vivir la experiencia de la realidad. La violencia es una mediación simbólica, una forma de socialización y construcción sociocultural con sentido y significados múltiples, que se transforman y reactualizan con el tiempo y en las culturas particulares, lo cual es analizado en este libro a partir de la pintura de Francisco de Goya, "Saturno devorando a un hijo".