A pesar de la gran diversidad florística entre suelos y zonas de los pastizales rioplatenses, existen características comunes como: la baja proporción de leguminosas y relaciones de gramíneas invernales y estivales, que favorecen generalmente a las segundas. Por otra parte, los suelos en los cuales se apoyan son moderadamente ácidos y poseen contenidos bajos de nutrientes, limitando seriamente su productividad en los períodos de baja actividad biológica. Esas tres características determinan escasa producción invernal y baja calidad del forraje ofrecido en primavera-verano. Al mismo tiempo, el pastoreo con una carga constante de ovinos, vacunos y equinos, ha provocado la degradación, y la consecuente disminución de la productividad de las pasturas naturales. La utilización de fertilizaciones nitrogenadas estratègicas y el manejo del pastoreo constituyen dos herramientas esenciales para aumentar su productividad otoño-invernal y mejorar su composición botánica.