El autor se propuso con este trabajo sistematizar un enfoque teórico sobre los estudios del discurso, desde una perspectiva enunciativa y pragmagramatical. Parte de que, para analizar un discurso, hay que conocer la enunciación: la interacción (quién habla, a quién le habla, por qué lo hace), el contexto (cuándo, dónde y los condicionantes culturales de la comunicación) y el lenguaje (mecanismos en el nivel de la significación y en el del sentido); y propone cómo se puede llevar a cabo esta tarea. Profundiza particularmente en los recursos de la argumentación lingüística (diferenciándola de la argumentación discursiva), focalizados en el léxico: marcadores discursivos, campos tópicos, modificadores realizantes y desrealizantes, valoración, derivación apreciativa y relaciones semánticas. Para todos estos aspectos, ha propuesto un conjunto de cincuenta y dos estrategias. Con ellas, aspira que los interesados puedan orientar sus investigaciones sobre el discurso.