México se independizó de España en 1821; a partir de entonces muchos viajeros de Europa Occidental y Estados Unidos llegaron al joven país atraídos por sus promisorios recursos argentíferos y el misterio creado por la prohibición española del ingreso de extranjeros. Así arribaron diplomáticos, mineros y mercaderes a México buscando posicionarse favorablemente en la que había sido “la perla de la corona española”. Junto a las perspectivas de bonanza material que ostentaron este tipo de visitantes, llegaron naturalistas y anticuarios que buscaron en el continente americano respuestas a sus inquisiciones científicas sobre el origen de la tierra, distribución de plantas y animales, proveniencia del hombre americano y naturaleza de su cultura. Otros viajeros buscaron realizar los proyectos utópicos que vean limitados en Europa, junto a numerosos artistas itinerantes, que crearon una imagen de México en pinturas, grabados y litografías de extensa difusión en ambos continentes. Vistos en conjunto, los constructos y elaboraciones de los viajeros sobre México fueron necesaria referencia para la construcción de la idea de nación mexicana de los intelectuales mexicanos de fines del siglo XIX