Actualmente se requiere de intervención humana para interpretar la información relevante de un origen digital (texto, imagen, audio y video), esta interpretación es subjetiva debido a que depende de la percepción y el sentido común de la persona. Los agentes automáticos no tienen el sentido común requerido para reconocer dicha información. Los algoritmos de búsqueda están basados en criterios textuales o en el mejor de los casos de estrategias basadas en anotaciones que proveen significado al origen (semántica). Mantener el significado de orígenes con anotaciones textuales débilmente estructurados representa una tarea dificultosa, y consumidora de tiempo cuando tales orígenes aumentan considerablemente de tamaño. La idea detrás de la tecnología semántica es la siguiente: los agentes automáticos interpretan el significado contextual de un origen digital. Para lograr esa habilidad los algoritmos necesitan de una ontología. La ontología es un mapa de conceptos y significados entrelazados.