Originario del trópico mexicano, específicamente de Veracruz, viví hasta los 18 años rodeado de anturios, era una planta común entre los miembros de mi familia, principalmente de color rojo adornaba los jardines de la abuela y las tías. Si bien siempre he tenido un gusto por las flores y el anturio en particular, no fue hasta el 2008 cuando tuve un primer acercamiento a su cultivo y desde ese momento supe que, en algún momento, lo que pareció mera casualidad, terminaría en convertirse en un referente en mi vida. Su estudio me permitió asistir a un buen número de congresos nacionales e internacionales y compartir, con mucha pasión, mi interés por el anturio. Hoy cierro un ciclo, pretendiendo que sea el primero. Agradezco al Colegios de Postgraduados Campus Montecillos el haber apoyado este trabajo.