Para Acosta (2021), “alrededor del 70% de la mayoría de las empresas familiares duran solo una generación en Ecuador” (p. 88). Así, se complementa con el dato que, desde el criterio de Sotomayor (2022), “ un 80% de las empresas a nivel mundial son de propiedad familiar, por lo que la baja tasa de supervivencia tiene consecuencias alarmantes en la sostenibilidad del sector productivo” (p. 1044). Bajo dichas premisas, el presente libro se centra hacia una de las características de las empresas familiares: su orientación a largo plazo ( definido por sus siglas LTO) para mantener el control y transferirlo a las siguientes generaciones: creadora (primera generación), institucionalizadora (segunda generación) y expansiva (tercera generación); en contraste dentro del caso ecuatoriano con su declive durante los últimos años.