Hoy en el barrio de Getsemaní se encuentra amenazando por las enfermedades de las ciudades modernas, que día a día vienen deteriorando lo que antes era fuerte y moviendo lo que antes era inmóvil. Si aun existe el deseo por permanecer en el tiempo en este trozo de tierra amurallado entonces es necesario que se haga un esfuerzo por reconstruir su memoria, su historia y su razón de ser en el devenir cartagenero.El interés por emprender esta investigación viene precedido por la historia de mis antepasados, mis abuelos, mis padres y mis hermanos, que fueron y siguen siendo parte activa del Getsemaní.Dentro de este interés es necesario entender que el barrio de Getsemaní no es solo estructura urbana, edificios y estadísticas, es por encima de ellos, la gente, la familia; es la persona que aprendió a confabularse con la historia, con la estructura urbana, con la arquitectura, en fin, con el espacio.Santa Fe de Bogotá, febrero 1993.