La crisis económica de 2007-2008 ha propiciado que se inicien transformaciones, como son: el surgimiento de guerras comerciales de Estados Unidos contra China, pero también hacia sus aliados; la ruptura con pactos comerciales como el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica; el surgimiento de depreciaciones competitivas de las monedas; la votación a favor de la salida de la Gran Bretaña de la Unión Económica (Brexit): la aparición de procesos de reindustrialización en algunos países avanzados (Estados Unidos y China, entre otros) y el avance de los grupos conservadores de derecha en la mayoría de los continentes en el orbe. Paralelamente, se está iniciando el surgimiento de una nueva revolución industrial (Digitalización Profunda), la que requiere para su desarrollo, y por efectos de los cambios mencionados, de un nuevo Estado que impulse una Política Económica distinta y por tanto una Economía Pública renovada.