El proceso de lodos activados es ampliamente empleado en el tratamiento de aguas residuales, este proceso se compone de dos etapas, una bioquímica en la que tiene lugar la degradación por oxidación microbiológica de la materia orgánica, produciendo biomasa y una segunda etapa física de separación de la biomasa generada en la primera etapa, separación que se realiza generalmente utilizando un sedimentador. La eficiencia del proceso se mide comparando la calidad del afluente y del efluente final. Dicha eficiencia puede verse afectada por el crecimiento excesivo de microorganismos filamentosos que causan problemas de espumas y flóculos de gran volumen y de baja sedimentación, generando arrastre de biomasa en el efluente con sus consecuentes efectos negativos en la eficiencia del proceso.En este texto se describen las estrategias operacionales más utilizadas para dar solución a estas problemáticas.