Este documento aborda el tema de la persecución y muerte en la República Popular de China, respecto de los practicantes del Falun Dafa o Falun Gong, disciplina milenaria que se practica desde 1992 no solo en territorio chino sino en muchos países del mundo, alcanzado una cifra de más de 100 millones de seguidores en la China y 30 millones en otros países. Las drásticas persecuciones de los gobiernos chinos contra los seguidores de estas prácticas, determinó innumerables denuncias de muchos países, oenegés y organismos internacionales en contra de esta sangrienta represión y ablación de órganos para trasplantes de ciudadanos chinos y extranjeros, sobre los cuerpos de personas que practicaban el Falun Gong y que aún hoy persiste en China. Por la gravedad y la internacionalización del acto, todas las conductas delictivas cometidas contra los practicantes del Falun Gong constituyen un crimen internacional, siendo en consecuencia violatorio de los principios de justicia universal.