La época actual se caracteriza por ser una realidad social compleja, donde culturas, religiones y lenguas distintas se encuentran en condiciones de compartir un espacio público común a partir del desarrollo de las nuevas tecnologías. Lo novedoso es el grado de profundidad y celeridad que asume este proceso. Una característica peculiar del nuevo panorama mundial es la conformación de una nueva configuración regional, caracterizada por la integración de bloques de países con el objetivo de facilitar el intercambio económico. Además de los retos económicos que los mismos deben afrontar, es necesario considerar los nuevos problemas políticos, sociales y culturales. Este es el contexto en el cual se confirma el recrudecimiento de prácticas discriminatorias, de la intolerancia religiosa y el rechazo de la diversidad cultural de los pueblos. La discriminación es, sin dudas, un hecho social de enorme relevancia y vigencia. Como todo fenómeno complejo, requiere de una explicación dotada de rigurosidad científica que permita conocer tanto sobre prácticas discriminatorias, tipos y formas que asumen, como los alcances, las manifestaciones y la dinámica interna de las mismas.