En Guinea Ecuatorial, el modo en que se configura el poder político y las formas en que los ostentadores de ese poder se relacionan con su entorno, han debilitado las instituciones políticas y han desestructurado la sociedad, excluyendo al grueso de la población de la participación política. Esto no significa que el principio de la soberanía estatal se haya visto debilitado. Por el contrario, es precisamente la inserción en el sistema mundial la que ha permitido a los gobernantes guineoecuatorianos –todos miembros de un mismo clan familiar, los Nguema- ampliar y extender su poder haciendo uso de las estructuras estatales heredadas de la colonización y de los recursos provenientes del exterior. Es lo que Jean-François Bayart denomina “extraversión histórica del poder”, un paradigma que nos permite explicar las formas que el poder político ha asumido en Guinea Ecuatorial. Unas formas que, por otro lado, encajan con lo que Juan Linz describe como "sistemas sultanísticos", caracterizados por una mezcla de miedo y recompensa que afecta a todas las relaciones entre el estado y la sociedad.