La historia inflacionaria de Venezuela, es el reflejo de la desigual interacción entre los mercados de dinero y de bienes y servicios, los cuales han sufrido la gran influencia del negocio petrolero, cuyos crecientes niveles de ingreso han impactado de manera determinante, las tomas de decisión de los responsables de las finanzas públicas nacionales, quienes desarrollaron una política económica expansiva, con base en el permanente crecimiento del gasto público central. En este sentido, el Producto Interno Bruto (PIB), que es uno de los principales indicadores de crecimiento y desarrollo económico del país, ha respondido a este lineamiento, mostrando un aumento consistente con la aplicación de esta política a lo largo de 10 años. Este crecimiento del PIB con base en el Gasto Público Central, tuvo como efecto colateral el aumento persistente de la Liquidez Monetaria (M2), el incremento de los niveles generales de precios (IPC), la pérdida del poder adquisitivo del Bolívar, y el anquilosamiento progresivo de nuestro aparato productivo, entre otros.