Los hongos [Gibberella zeae (Schwein.) Petch. teleomorfo] y Gibberella fujikuroi [(Sawada) S. teleomorfo], provocan pudrición de la mazorca de maíz en regiones productoras del mundo. Son especies toxígenas porque producen las fusariotoxinas: zearalenona, tricotecenos desoxinivalenol, nivalenol, toxina t-2 y diacetoxiscirpenol, fumonisinas y moniliformina, principalmente en cultivos de cereales y productos alimenticios derivados; que cuando se consumen provocan severas micotoxicosis en animales y humanos. En animales los tricotecenos provocan problemas de náusea, vómito, diarrea, anorexia, ataxia, leucocitosis, leucopenia, inflamación del tracto gastrointestinal, degeneración del sistema nervioso central, hemorragia del músculo cardíaco, lesiones en el ganglio linfático, testículos y timo, daños severos en la piel, hígado y riñón, problemas reproductivos, pérdida de peso y muerte. La zearalenona causa efectos hemorrágicos, estrogénicos, eméticos y de rechazo al alimento cerdos, bovinos, pollos y pavos. Las fumonisinas son causantes de leucoencefalomalacia (reblandecimiento de la sustancia blanca del cerebro) en equinos y cáncer de esófago e hígado en humanos.