Las recientes formas de comunicación se caracterizan por el excesivo consumo de imágenes en los diferentes espacios y redes sociales, así como por la necesidad de mantener contacto permanente con otros a partir del registro de acontecimientos o estados, subiendo imágenes y contenidos para hacerlos virales, o simplemente por el gusto de existir y luego desaparecer. Esto se logra gracias a la constante captura de imágenes en diferentes lugares, ya sea para mostrar el culto al cuerpo, para configurar perfiles más familiares o grupales de acuerdo con el nivel de reconocimiento que se tenga, o bien para denunciar la actitud o comportamiento de alguien, como es el caso de videos tomados desde el teléfono móvil. El principio fundador de estas prácticas tiene que ver con la facilidad de capturar un instante, hacerlo rodar por la red y luego esperar el momento para volver a exhibir. Esta modalidad de sujetos en líne@ refleja nuevas maneras de comunicarse, de registrar la realidad y de conectarse con el mundo desde cualquier lugar, a través de una condensación pasajera de la imagen, y de la homogenización de conductas.