Las cimentaciones profundas en base a pilotes han de soportar las cargas que la estructura transmita al terreno, como también las acciones derivadas del movimiento del propio terreno de cimentación. El terreno que circunda a los pilotes, puede asentar más que éstos, cuando se colocan sobrecargas (rellenos de tierra) cerca de los pilotes después de haberlos construido, o cuando se construyen los pilotes antes de que el terreno se haya consolidado bajo el peso de rellenos o cargas que previamente se hubiesen podido colocar. A los efectos que produce el movimiento del terreno sobre los pilotes se les denomina EFECTOS PARÁSITOS. La presencia de los pilotes tiende a introducir anomalías en el estado del terreno cuando éste se ve sometido a movimientos por causas ajenas a la cimentación pilotada, es decir, por acciones que no le transmite directamente ese pilotaje. En estos casos, la presencia del pilote, que es una inclusión de una rigidez mayor que la del propio terreno, se opone a los movimientos que esté sometida la masa del suelo, por lo que se originan unas acciones internas, como consecuencia de dicha oposición, que actúan sobre el pilote.