Que partidos, imprimiendo sus características, pueden cambiar gobiernos ya es sabido. La cuestión aquí es cuánto los gobiernos pueden cambiar los partidos.Las bases de la representación partidaria brasileña reciente son establecidas por la constitución de 1988, que, a la vez, es resultado de un conjunto de negociaciones entre élites políticas tradicionales y nuevas élites en un momento de crisis institucional de la transición del régimen militar para la redemocratización. Como la transición de los años 1980 es negociada, el resultado es la manutención de algún espacio para los viejos actores políticos y sus prácticas, que consiguen sobrevivir en la nueva república.Para Jerez (1990), PSDB y PT son dos partidos modernos resultantes de la transición de los años 1980 en lo que respecta a las características de organización interna, perfiles de liderazgos y comportamiento público. Aun así, ellos sufrirían de las mismas deficiencias de sus pares, con baja fidelidad partidaria y representatividad en segmentos sociales.