Todos los seres humanos tenemos en nuestro libro de vida capítulos de éxitos y fracasos temporales, de sentimientos alegres y tristes; sobrevivimos quienes entendemos que: “lo bueno de lo malo es que pasa” y “lo malo de lo bueno es que también pasa”, que lo importante es reconocer, mediante el ejercicio de la meditación cumbre, que venimos a cumplir una misión encomendada por El Creador, que por venir de El no atenta contra nuestro derecho de ser felices, que debemos persistir en “Hágase tu voluntad” y que lo que debemos hacer es estar muy atentos a los diferentes “mensajes” que nos envía la armonía de nuestro universo, entenderlos en su verdadera dimensión, no como “una mala o buena suerte” y desarrollar la potencialidad instalada en nuestra mente para manejar estratégicamente con profunda fe, paciencia, y tenacidad, las diferentes situaciones que se nos van presentando como elementos de retroalimentación, conducentes al logro de lo encomendado.