Si se asume lo “académico” como un espacio particular donde se desarrollan actividades de producción y transmisión del conocimiento institucionalizado, entonces, los productos comunicativos generados se denominan textos académicos. Éstos presentan patrones de significación admitidos por la comunidad científica. Así, la estructura normalizada por estas comunidades le otorga al artículo científico calidades de documento representativo de los textos académicos. Los estudiantes universitarios enfrentan la lectura de este tipo de textos como una forma de acercarse a la actuación que demanda un nivel académico superior. Si el estudiante, como lector adulto, recurre a estrategias que le permitan el logro de conocimiento, podrá contemplar la necesidad de supervisar y regular su propio proceso lector. Por otro lado, el docente propondrá tareas que evidenciarán el uso de tales estrategias.