Diseñar comunicaciones es el proceso de concebir, proyectar, seleccionar y organizar una serie de elementos con el fin de realizar productos destinados a transmitir un mensaje específico a un grupo determinado. Este proceso no acaba en la producción y distribución de las comunicaciones creadas, sino en su efecto sobre las personas, y si bien resulta una herramienta útil para el tratamiento de los problemas sociales cuando se lo aplica con inteligencia, la labor del diseñador se ve afectada por diversos factores como la tendencia a seguir las modas, la creatividad a ultranza o la imperiosa necesidad de dar respuesta inmediata a las demandas de los clientes, lo que no deja lugar a la reflexión ni a la comprensión de los destinatarios últimos de su trabajo: el público. Esto disminuye la eficacia comunicacional y aleja al diseñador de sus responsabilidades como creador de mensajes destinados a mejorar la vida de las personas, contribuyendo positivamente a la sociedad y al desarrollo cultural más allá de los objetivos operativos del proyecto mismo.