Durante el siglo XIX se produce en Europa y en el resto del mundo, una especie de fiebre por el viaje. Los románticos demostrarán interés, tanto de evadir la vida burguesa y cotidiana que los agobiaba en las grandes urbes, como de conocer, descubrir, y en definitiva, experimentar, nuevas formas de vida. El sur de España se convertirá en uno de los sitios predilectos para los viajeros europeos. Andalucía, especialmente, se establecerá como foco de atracción, gracias a su ambiente “pintoresco” y “exótico”, heredado de su pasado y vestigios árabes. Dentro de este gran número de aventureros -que anotaron sus viajes por Andalucía- se encuentran Prosper Mérimée, Albert Edelfelt y Joséphine de Brinckmann; cuyas cartas son el corpus de este estudio. Lograr comprender por qué estos autores deciden describir la Alhambra (palacio nazarí), es uno de los objetivos de esta investigación; así como igualmente lo son: apreciar el modo en que describen y califican al monumento granadino, observar qué descubren en ese sitio, e interpretar qué significa para cada viajero la experiencia de encuentro con un “nuevo mundo”.