El asombro ante la reflexión que suscita el inmenso referente histórico y geográfico de Jorge Zalamea y la comprobación en él mismo de parentescos artísticos, comprobables en lo personal y lo textual, sería el articulado de este texto que tiene, como eje, su poema dramático y épico El sueño de las escalinatas. Dramático por lo definido de la escena y los participantes que son la multitud mundial de ofendidos y humillados por las maniobras del poder mejor armado y el capital que lo sustenta y la propaganda que lo impone. Dramático también por tratarse de una arenga para un numeroso y variado auditorio de gentes de toda la tierra. Épico por las muchas migraciones que confluyen en ese breve poema. Se identifican parentescos en el propósito y el estado de humanidad que buscaron otros poetas, amigos y pares suyos, cuyo telón de fondo son las guerras y explotaciones y la miserable postración de varias colectividades y multitudes, acelerada hasta el vértigo y el paroxismo por el siglo XX.