Cuba está enfrascada en formar en la nueva generación una elevada cultura general integral, y para lograrlo lleva a cabo una política cultural diseñada bajo los principios de la Revolución, exigiendo la unidad y esfuerzo de todos los sectores sociales. El trabajo comunitario brinda su apoyo en el cumplimiento de sus objetivos, cada transformación que en ella se realiza va encaminada a garantizar un desarrollo social elevado y una mejor calidad de vida. Es por tal motivo que el tratamiento de las tradiciones es un imperativo de nuestros tiempos, por la necesidad de fomentar su conocimiento y revitalizarlas, pues son tiempos complejos donde la formación de la presente y futura generación es decisiva para toda la humanidad en general y particularmente para salvar las conquistas alcanzadas en nuestro proceso revolucionario. Se hace necesario entonces fomentar en los niños el conocimiento de las tradiciones culturales pues estas dinamizan el entorno comunitario, ofrecen oportunidades diferentes de entretenimiento, mayor sentido de pertenencia y convicción profunda de quienes somos y para dónde vamos.