La problemática actual desencadenada por la contaminación de nutrientes y consecuente eutrofización a nivel regional, nacional y mundial, demanda desarrollos de tratamientos de agua prácticos, sustentables y útiles bajo condiciones naturales. Asimismo, los efluentes secundarios se presentan como una fuente constante de nutrientes que pueden ser tratados y aprovechados por medio del cultivo de microalgas, siempre y cuando cumplan con la composición adecuada (fisicoquímica y microbiológica). De igual forma el uso de microalgas presenta notorias ventajas como: 1) la generación de productos de alto valor agregado a partir de la biomasa celular, empleada de manera completa o componente e.g. alimento para animales y humanos, biofertilizantes, ácidos grasos, pigmentos, bioactivos u otras especialidades; 2) no requerir modificación del efluente a tratar, ni adición de reactivos o catalizadores químicos; 3) uso de la capacidad natural de las microalgas para la remoción de nutrientes requiriendo prácticamente el uso de la luz solar y 3) aptitud de generar un efluente de alta calidad, sin conducir a una contaminación secundaria.