Entre los años 2002 y 2007, Argentina transitó un período caracterizado por una serie de inéditas dinámicas en lo que refiere a sus principales indicadores económicos, impactando en la estructura de clases. Este desempeño a nivel del modelo de acumulación involucró la consecución de records en materia de tasa de empleo, producto bruto interno, producto bruto industrial y exportaciones industriales, evidenciando lógicas novedosas que emergieron rápidamente tras la peor recesión que recuerde su historia. Realizar una caracterización político-económica de dicho período requiere comprender la naturaleza de estas dinámicas, profundizando el análisis más allá del quiebre que sugieren estos indicadores macroeconómicos. En este camino, procuramos indagar la compleja articulación entre una serie de novedosas políticas económicas (que han impactado fundamentalmente sobre el universo asalariado), y la persistencia de un conjunto de rasgos estructurales a nivel de la matriz productiva. Es en este sentido que nos proponemos analizar las transformaciones en el modelo de acumulación en Argentina y su relación con las distintas fracciones de clases sociales, en el comienzo del siglo XXI.