Desde hace ya varias décadas, constatamos que los espacios urbanos han experimentado cambios que han modificado la configuración espacial y la estructura interna de las ciudades. Cambios que van de la mano y son explicados por las transformaciones ocurridas en las relaciones de producción, reflejadas en un incremento de la fragmentación del empleo, y por lo tanto, de la exclusión social, la desigualdad. Así, esta sociedad que cada vez más tiende a polarizarse, se expresa en el modelo urbano- territorial a través de una creciente separación física entre las diversas clases sociales. El trabajo busca ahondar en el fenómeno de la segregación territorial que viven nuestras sociedades y ciudades, centrándose en dos manifestaciones concretas: los asentamientos y los countries o barrios privados. Ambas constituyen formas de segregarse, pero los motivos son bien diferentes. Dando cuenta de estas diferencias se califica de “segregación exigida” al primer caso y de “segregación elegida” al segundo. Asimismo,ambas expresan y consolidan procesos de fractura social y exclusión, poniendo en cuestión la homogeneidad social y cultural de que mucho tiempo se jactó nuestro país.