La gama de opciones terapéuticas disponibles en la actualidad es tan vasta como versátil. Aunque la posición hegemónica es ocupada por la medicina científica, es difícil negar la creciente difusión y popularidad de prácticas terapéuticas alternativas a la ciencia. El objetivo principal de este texto consiste en explicar la posibilidad de que coexistan diversas maneras legítimas de abordar el problema de la salud y la enfermedad, negando la univocidad científica al tiempo que se provee de una estrategia para que la diversidad terapéutica sea regulada. Se postula que dicha estrategia, basada en el análisis de la evaluación en materia terapéutica, es requisito indispensable para que la diversidad terapéutica sea provechosa para la prestación de servicios en materia de salud. Es a la diversidad terapéutica regulada a lo que se le denomina Pluralismo Terapéutico.