Al hombre siempre le ha intrigado el conocimiento de su origen primero y de su destino final. La lectura de las hipótesis y teorías propuestas a lo largo de la historia de la humanidad por filósofos, teólogos de diferentes religiones y científicos no han hecho más que empeorar la situación, pues sólo han logrado aumentar la confusión existente. Cuando se interna en las distintas teorías para explicar estos hechos, encontrará las más diversas y opuestas ideas y opiniones, llegando en algunos casos al enfrentamiento dogmático. Durante siglos la teología y la filosofía fueron de la mano, logrando resultados de una gran riqueza, conservando su vigencia hasta la actualidad. Con el advenimiento del cientificismo, la filosofía se separó de la teología y la ciencia comenzó a intervenir con diferentes hipótesis, generalmente no validadas con el rigor y la seriedad científicas necesarias. Esto llevó al hecho de que en lugar de obtener respuestas objetivas con fundamentos irrefutables, por el contrario, todo se ha transformado en un caos teorías filosóficas no validadas, la mayoría divergen en lugar de converger. Intentamos con este texto arrojar un poco de luz a esta confusión...