La interacción insecto-flor, es un interesante capítulo en los estudios sobre la biología de las interacciones, siendo la polinización uno de los apartados más importantes. Los insectos constituyen los agentes polinizadores más eficientes, en parte por su gran número y, especialmente, por su mejor adaptación a las complejas estructuras florales. Las casi 20.000 especies de abejas, reconocidas hasta el presente, muestran una amplia variedad de comportamientos. A pesar de dichas diferencias, todas las especies de abejas se caracterizan por requerir néctar y polen. Es por eso que, los himenópteros apiformes son frecuentes visitantes florales. La tendencia a la búsqueda asidua de esos recursos condujo a una especialización, morfológica y conductual, que se ajustaron a los complejos mecanismos de las flores de Angiospermas. El último paso en esta interacción, conduciría a excelentes especies polinizadoras y, en ejemplos destacados, a la coevolución.