A pesar de que hay muchas reflexiones sobre las culturas indígenas, éstas no son presentadas conforme su otredad y diferencia. Si se reflexiona sobre ellas sin permitir que se expresen se crean interpretaciones excluyentes. Contrastamos la existencia de las raíces indígenas de la reflexión que sobre ellas se hace. Las raíces deben aflorar sin la intervención de discursos culturalmente ajenos que las suplanten. Participamos en procesos ideológicos que, trascendiendo a las voluntades individuales, han afectado a nuestra identidad. Desde el pasado se formó una versión cultural que aniquila a las raíces; el significado de términos como "mestizaje" varía dependiendo si las omiten o no. La identidad cultural mexicana como en los casos latinoamericanos participa de la cultura de Occidente, pero también debe participar de sus raíces sin subordinarlas a ideologías teóricas o a inhibirlas enviándolas al silencio. Las categorías filosóficas no deben alejarnos de las raíces negándolas a los otros y a nosotros mismos. Si se expresaran abrirían perspectivas a las diversidades culturales, a nuestra identidad y a la misma filosofía ya que darían lugar a una razón que sí conviva.