Publicada en Tenerife en 1917, la revista “Castalia” se presentó como un espacio de prensa para el análisis crítico y la actividad cultural en general. Dentro del proceso moderno de la comunicación (primera mitad del s. XX), es representativa de las ideas y culturas circulantes por Canarias en el contexto de la I Guerra Mundial. El rasgo universal del Modernismo isleño se postula como elemento teórico de contraste con el concepto cultural anti-moderno institucionalizado años después por el Franquismo. En tanto director de Castalia (1917) y Mártir para la Democracia (1936), Luis Rodríguez Figueroa y los discursos de la revista modernista comportan una síntesis eficaz de esa diversidad que, al poco, sufrió una drástica reducción de la capacidad comprensiva (y explicativa) del concepto del individuo y del colectivo. La referencia triunfante de la Guerra civil española orienta a una devaluación de la subjetividad literaria y periodística, que no dejó de condicionar la representación histórica subsiguiente del Modernismo canario. La combinación de elementos proporciona una perspectiva aglutinante que, por último, contribuye a recuperar una explicación histórica-cultural para el s. XX.