En el estudio del hablar hemos de tener en cuenta su formación en términos de lo que es la abstracción, actividad del ser humano que da lugar a lo que es el conocer y más radicalmente a lo que es la intuición. Ahora bien no tendríamos una intuición si no nos moviera a ello lo que es el querer decir, realidad sin existencia concreta, derivada de la creatividad humana y ésta de la libertad humana. Hay pues una determinación progresiva desde lo más interno del ser humano a la única realidad del hablar, realidad con existencia. Coseriu parte de la operación intelectiva de la determinación para explicar lo que es el hablar. Distingue tres niveles en el hablar: el hablar en general, el hablar una lengua, y el hablar individual. Pero se olvida del nivel previo a la determinación, es decir, el nivel de la creación del decir mediante el hablar. Por tanto es lícito hacer una lingüística del decir que se desarrolla en el nivel más profundo de la creación del lenguaje en una lengua e incluya la teoría del hablar de Coseriu porque el decir es lo determinante y el hablar es lo determinado. No existiría el hablar, ni las lenguas, ni el lenguaje si el hombre no fuera el dicente.