Las formulaciones enunciadas que dan lugar a esta investigación tienen que ver, por un lado con las asimetrías entre las expectativas que tienen los profesores al enseñar una cátedra y los escasos resultados que obtiene un gran número de estudiantes ingresantes al primer año de las carreras que se dictan en la universidad, y por el otro, la desmitificación de la lectura como una simple descodificación lingüística del texto, que considera a la comprensión como una formación compensatoria que proporciona reglas y modelos a los alumnos retrasados en las materias, con talleres remediales, y pretender así, solucionar esta compleja problemática. Estas consideraciones en las prácticas pedagógicas al interior del aula, conllevan un lector que se queda en la linealidad de la estructura superficial del texto, como si el texto lo dijera todo; no puede percibir el texto como diferente de su contenido y le dificulta inferir información que no tiene expresión lingüística en el texto leído. No logra llenar los huecos, completar los vacíos y relacionar las discontinuidades que aparecen en el texto.