Por más de una razón tuve un parentesco extra con la ciencia que ha venido de mi educación donde empecé a aprender muchas invenciones fabulosas de la ciencia, incluyendo las leyes de flotabilidad de Arquímedes y la ley de Gravitación de Newton. Además, la historia de la inquisición galilea me duele mucho y también la maravillosa invención de la radio de Guglielmo Marconi comenzó a conmover el corazón a mi tierna edad. Esto es quizás porque me encantaba escuchar un programa de radio en la floración de mi juventud. Desde entonces me parece que la persona más erudita de la historia se suponía que eran científicos o filósofos, porque mi maestro de escuela me enseñó que sólo el científico o filósofo podía llenar el mundo de conocimiento. Y, se cree que ese tipo de personas son más sagaces que otros profesionales. Así es como me enamoro de la ciencia y de la filosofía. Por lo tanto, en un sentido estricto, no podía hacer la diferencia entre científicos y filósofos. Este libro ha sido traducido con Inteligencia Artificial.