El crecimiento acelerado del Twitter está generando cambios en la dinámica informativa del mundo. Los medios de comunicación, apropiados por siglos del monopolio informativo, están comenzando a ver una amenaza en quienes fueron siempre sus audiencias. Todos los usuarios de la plataforma de 140 caracteres ocupan el mismo lugar en una línea horizontal. Allí, de todos los usuarios activos, estimados en poco más de 218 millones, destacan los influyentes, cuyas opiniones crean matrices de opinión o impactan a sus seguidores. Saben bien como narrar los hechos y qué elementos discursivos utilizar: la sátira, la sospecha, el relato. En comunicación política, los mensajes que se difunden en Twitter pueden construir climas de opinión, otros generan nuevas comunidades y otros aportan un valor performativo a las palabras. Todo esto bajo un marco de libertades, de democratización de la información, donde la censura no tiene cabida. Aunque los mensajes violentos o insultantes están presentes, el respeto por el otro prima desde la conciencia individual. La libertad de expresión está presente en el microblogging. Algunos creen en la necesidad de regular las redes. Una discusión que está pendiente.