El espacio y tiempo dispuesto para que el médico se aproxime a la realidad biológica de un sujeto, su estado de salud y enfermedad, se presta para la observación mutua, interacción, intercambio de preguntas, comunicación de ideas, sentidos y emociones, contacto físico, incluso renuncia de sí mismo para confiar la vida en el otro. La relación que se establece entre el médico y su paciente constituye una interacción social cargada de símbolos, fundados a partir de la formación académica, de los conocimientos, las experiencias y de la cultura misma de cada uno de ellos. Este libro relata las experiencias de madres en la consulta médica de sus hijos (niños con Síndrome de Down) y analiza la relación médico-paciente, la cual, en experiencias excepcionales, es una relación de confianza que se manifiesta en la comunicación horizontal entre la madre y el profesional en la consulta. Sin embargo en la mayoría de las experiencias relatadas, se identifica una relación de poder asimétrica, percibida por las madres como una fuerza dominante asumida por el médico desde la forma como se comunica, relaciona y practica su conocimiento técnico en el espacio concreto de la consulta.