El comportamiento organizacional nace gracias a la comunicación, dado que esta puede ser desarticulada en partes para comprender el comportamiento humano en una organización. Las entidades públicas, requieren establecer políticas para el fortalecimiento de actitudes y valores humanos, así como fortalecer el clima institucional adecuado y positivo de tal forma que coadyuven a la obtención de metas y objetivos institucionales y que los procedimientos de adquisición y contratación se conduzcan con la debida rectitud, honradez y honestidad, procurando satisfacer el interés general y desechando todo provecho o ventaja personal, tal como señalan los principios de la función pública.