Al tener como ejemplo un monumento gótico que con el tiempo fue “barroquisado”, en teoría, al momento de restaurarlo, conservarlo y/o sanearlo se busca eliminar el deterioro surgido por el paso del tiempo y rescatar su identidad enmarcada, en parte, en su estética. Pero, así como los añadidos de otras épocas son parte importante de su identidad actual, también lo pueden ser algunos de sus daños, como prueba del paso del tiempo o algún acontecimiento histórico. Existen varios monumentos que, en el proceso de restauración, sus ̈daños ̈ fueron saneados y/o eliminados, sin tener en cuenta la posibilidad de conservar su „imagen“ (así sea como elemento decorativo) como parte de la identidad, el carácter y el valor del objeto mismo.
 Será importante identificar los daños y en qué contexto histórico, social o geográfico están; evaluar, no solo el daño mismo, sino su relación con su entorno; y por último, decidir si conservarlos o restaurarlos, cuando el caso lo amerite. Dependerá de la concepción de belleza y estética con que es vista, pues se tiene la percepción subjetiva que lo que está limpio, recién pintado y ordenado es "bonito".
 Conservar para embellecer o conservar para mantener?