En los últimos años se ha visto una nueva dinámica en el sistema de educación superior basada en la calidad y en la evaluación. En este sentido, la evaluación no se considera un fin en sí, sino que se constituye en una herramienta, en un medio para asegurar la calidad. El establecimiento de mecanismos vía la creación de organismos e instancias que regulen y aseguren que las instituciones cumplan con los parámetros de calidad educativa y académica establecidos para lograr el reconocimiento mediante la acreditación y certificación se constituye en la acción inmediata que a la fecha se mantiene y que pareciera ser una constante en los próximos años. El reto actual de las Instituciones de Educación Superior está vinculado a la evaluación educativa de sus posgrados al obtener indicadores que puedan medirse cuantitativamente en índices y que concuerden con estándares internacionales. Los procesos de acreditación en la educación superior, constituyen en la actualidad una vía indispensable para poder medir los niveles de competitividad y excelencia que las instituciones dedicadas a estos fines poseen.