Las condiciones de cambio social, económico y psicológico a finales del siglo XVIII y durante el siglo XIX señalaron a la mujer, en relación al varón, como representante de todo aquello incompleto, diferente o fragmentado. La mujer como mediadora de la alteridad fue una imagen asumida por la narrativa fantástica. Esta representación evolucionó fatalmente hacia una forma de lo oscuro, lo prohibido y lo siniestro. El presente libro versa sobre personajes y objetos siniestros en la literatura decimonónica: vampiras, demonios femeninos, mujeres fetiche, muertas, estaturas vengadoras y cabelleras crueles. La autora efectúa una búsqueda original y provocadora desde autores como Matthew G. Lewis y E. T. A. Hoffmann, pasando por E. Allan Poe y Próspero Merimée, hasta Efrén Rebolledo, Horacio Quiroga y Clemente Palma. Las raíces e implicaciones psicológicas y culturales propuestas en este libro incitan a una nueva lectura de estos y otros textos de linaje similar.