A pesar de los importantes avances de la economía boliviana en los últimos años, algunos grupos continúan experimentando dificultades muy importantes de integración al mercado laboral. Entre ellos, las mujeres jóvenes se ven particularmente afectadas, y su inserción económica en condiciones dignas sigue siendo una problemática y un tema social importante. Mientras muchas mujeres jóvenes luchan para encontrar trabajo, otras eligen, por decisión propia o por desánimo, crear su propio negocio y volverse emprendedoras. El emprendimiento constituye un vector de integración económica poderoso para las poblaciones vulnerables, y asimismo para las mujeres jóvenes. En términos de empleabilidad, les permite pasar de la pasividad y de un sentimiento de impotencia a un empoderamiento laboral y a una independencia financiera. Aunque existe una variedad de estudios sobre la mujer boliviana, muy pocos hablan de la mujer emprendedora, y aún menos de jóvenes emprendedoras.