El cuerpo, nuestro cuerpo, permite nuestra existencia y presencia en el mundo. Por muchos años, el cuerpo y sus posibilidades de aportar a la educación y desarrollo de las personas fue impensable pues se le daba a la mente un valor superior sobre el cuerpo. Actualmente, cada vez más, somos capaces de reconocer al individuo, como una totalidad indisoluble donde el cuerpo, la mente y el espíritu, existen en conjunto y nos posibilitan como personas. La psicomotricidad ha buscado desde sus inicios, reconocer el valor del cuerpo y del movimiento como oportunidad de desarrollo. Nuestra propuesta es incorporar a tan valioso trabajo, el enfoque centrado en las personas, especialmente en las actitudes que el facilitador del trabajo psicomotriz puede fortalecer para enriquecer su labor.